Frentista, estalinista, asesina loca. Una palabra detrás de otra, un conjunto de palabras elaboradas en una ecuación implacable. Sílabas sonoras, perfectas, que iban organizando una cadena armónica que resonaba igual que una recurrente letanía. So begins the next chapter, and I know it’s going to cause me trouble. The first sentence is just four words:...